Eusebio haciendo de Eusebio
1 de febrero de 2023 Sin categoría
Así ve Eusebio Sacristán su futuro y su recuperación de las secuelas provocadas por un accidente fortuito que le llevó al coma y le ha obligado a trabajar duro por volver a ser el de antes. Toda una lección de vida que ha compartido hoy con los medios de comunicación en los Desayunos de la Asociación de la Prensa Deportiva de Valladolid.
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Hay cuatro palabras que Eusebio repite como un mantra. Son mentalidad, motivación, objetivos y trabajo.
Y hay una confesión que resume su vida desde hace dos años. “He pasado por momentos en los que pensaba que no iba a ser capaz de volver a relacionarme con los demás. Pero mi mentalidad me decía, trabaja, trabaja, trabaja, ¿cuál es tu mentalidad? Salir, salir, salir…”
Salir de un coma, salir de una situación de bloqueo físico y emocional, salir de la niebla para volar hacia la recuperación. Para volver a ser el Eusebio de antes del accidente fortuito que cambió su vida… y la de quienes le rodeaban. “Durante mucho tiempo no he estado preparado para hablar con nadie. Después del accidente solo estaba con mi hermana Tere y con mis hijos que venían a verme, estaban conmigo pero yo no podía hablar, no podía decirles nada. He estado muy dolido, muy fastidiado. No sabía cómo iba a ser de mi vida, pensaba que iba a ser un desastre, que no iba a poder relacionarme con nadie, que iba a estar en este mundo pero en esa situación… aunque poco a poco han ido cambiando las cosas y estoy un poco más animado. Ahora sí estoy un poco más preparado para hablar con los demás”.
Busca recuperarse para ser feliz. “Estoy buscando ser feliz. He sido triste y negativo durante mucho tiempo, pero estoy buscando ser feliz. Que un día, aunque siga teniendo problemas para hablar, diga, soy feliz, me he recuperado”. En ese proceso de recuperación hay una fecha más en verde; miércoles 1 de febrero de 2023, el día en el que Eusebio abrió su corazón a Chus Rodríguez y a los medios de comunicación en los Desayunos de la Asociación de la Prensa Deportiva de Valladolid. Esos medios que tantas veces han reclamado su presencia. “No estaba preparado. Ahora sí”. Y así, en la Real Sociedad Hípica de Valladolid, delante de un centenar de medios de comunicación de la ciudad y de fuera, de autoridades, de empresas… Eusebio hizo de Eusebio. Con humildad, con valentía y con una gran generosidad, así como ha sido siempre.
Volvamos a la mentalidad. “Cuando veía que no podía hablar con normalidad pensaba mucho en lo que había sido mi vida. Me di cuenta que mi vida había sido prepararme para cumplir mis objetivos. Cuando era niño y vivía en La Seca pensaba en que quería ser futbolista. Vine a estudiar a Valladolid con 11 años y desde siempre me dediqué a trabajar para ser jugador de fútbol. Ramón Martínez y Santiago LLorente me ficharon para el Real Valladolid, y ese año no jugué ni un partido. Yo pensaba… si yo quiero ser futbolista, qué me está pasando que no juego ni un partido… lloré mucho, pero en mi cabeza estaba la mentalidad de llegar a ser futbolista… y seguí trabajando, y con 19 años me subieron al primer equipo y ahí volví a tener dificultades para jugar pero seguí trabajando y pensando en mi objetivo… y llegó un momento en el que se cumplió y me convertí en jugador. Mi vida es un proceso de mentalidades, en ese proceso estoy, continuamente busco el objetivo, recuperarme, igual que entonces tuve como objetivo ser jugador de fútbol, incluso convertirme en campeón de Europa. En ese camino estoy, en el camino de volver a poder tener una relación con los demás”.
Cuando uno tiene una mentalidad positiva, esa de la que tanto habla Eusebio, lo transmite. Así como hace el entrenador del Real Valladolid, Pacheta, con quien se encontró hace una semana en un acto del centenario de la Federación de Fútbol de Castilla y León. “Le pregunté…¿qué haces tú con tus jugadores para que haya siempre alegría en tu equipo? Dímelo. Todos los jugadores están contentos por cómo les tratas. Y es que como entrenador no es solamente lo que trasmites en cuanto al juego, sino cómo los tratas, cómo se sienten esas 25 personas contigo. Y cree tanto en esta idea que tiene claro lo que pasó en Girona cuando dirigió el banquillo. “Con el Girona me daba miedo bajar a segunda. Y trasmití ese miedo a mis jugadores. Perdimos los últimos 9 partidos y bajamos a segunda porque yo contagié al equipo ese miedo”.
En el proceso de recuperación de Eusebio hay mucha gente y una intensa actividad. De logopedia, de optometría, de terapia, de deporte, de salidas con amigos, de su condición de abuelo, de lectura… y de fútbol. Ve mucho fútbol, de hecho repasó con Chus Rodríguez el camino del Valladolid y de la Real Sociedad en esta temporada… incluso viaja ya a algunos campos para verlo en directo. Y juega al fútbol, al padbol con sus amigos ex futbolistas como él, a veces incluso en las competiciones de su Fundación, y con los niños de sus escuelas, allá en la parrilla de salida de su recuperación, sobre marzo del 22. “Los niños me veían aparecer allí y decían ‘vamos a jugar, a nosotros no nos contéis quien ha venido a entrenar, solo queremos jugar’. Yo les pasaba el balón y ellos chutaban a portería. Y jugaba al fútbol… y además no tenía que hablar…”
Sigue siendo un gran lector, aunque ahora selecciona los títulos en base a su momento vital, y ha releído la historia de Roberto Canessa y Nando Parrado para sobrevivir en Los Andes y salir de allí con vida. “Ellos pasaron por un proceso similar al mío. Fue el primer libro que leí después de recuperarme. La historia de 16 personas que se quedaron atrapadas en Los Andes sin comida, sin nada, y de estas dos personas que consiguieron salir de allí. También ellos tenían esa mentalidad de conseguir sus objetivos. Tenían una persona en su vida que querían ver… pensaban que iban a morir pero era más fuerte la mentalidad de ver a sus padres, o a su madres… esa fuerza les hizo superar las dificultades”. Otra vez mentalidad, motivación, objetivos y trabajo.
Durante estos meses de travesía por la dificultad se convirtió en abuelo. “Sí, soy abuelo. Yago y Abril. Es una alegría para mí. Después de muchos pensando qué hago yo aquí, estos momentos me han hecho muy feliz”, confiesa recordando a los hijos de su hijo mayor, Alejandro.
Eusebio tiene ahora un sueño… volver a ser feliz con rotundidad. Como un día soñó que sería Campeón de Europa, con ser entrenador o que todos los niños pudieran jugar al fútbol. “Cuando acabé mi carrera como jugador hablé con Pedro Pablo Crespo -hoy director de la Fundación- y entendió a la perfección lo que quería, que todos los niños tuvieran la oportunidad de jugar al fútbol, y él ha hecho cosas geniales con la Fundación. Yo tuve la idea hace 20 años pero cuando veo ahora lo que hace la Fundación… es impresionante”
Esta Fundación que lleva su nombre trabaja precisamente para eso. Y siempre transmitiendo a pequeños y ahora también a mayores esa filosofía de vida. Al estilo de Eusebio.
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